Día del Padre ¡Te regalo un bonsái!!

Si tu padre es un amante de la naturaleza y las plantas, te damos una idea para regalarle en su día:

¡Un bonsái!  

Sin duda le va a sorprender ya que es un regalo original y diferente.

Todo lo que rodea al bonsái es un mundo tan complejo como apasionante. Un regalo puntual puede convertirse en una  pasión para toda la vida. Cultivar un bonsái requiere una gran paciencia.

Las especies que pueden ser bonsais tienen que cumplir unas condiciones mínimas. Las más aptas suelen tener las hojas más bien pequeñas y las flores y los frutos también.

Casi todas las especies vegetales que se utilizan para este fin son árboles y arbustos de exterior, aunque también se usan algunas de origen tropical que en España se cultivan como plantas de interior.

Todos los cítricos (naranjos, limoneros, mandarinos….) son muy adecuados para cultivar como bonsáis. En las regiones frías hay que protegerlos durante el invierno.

En exterior, los árboles que más frecuentemente se han utilizado para bonsáis son los pinos de cinco hojas, los arces japoneses , el olmo japonés , el haya , la encina  o el tejo. Entre los arbustos, los juníperos, el cotoneaster, y el boj son los más típicos para este fin.

Los bonsáis deben estar en el exterior. No dejan de ser árboles y, como tales, preferirán siempre una exposición soleada o semisoleada, según la especie, la época del año y la zona climática. Les gustan los lugares bien aireados pero protegidos de fuertes vientos y lluvias torrenciales. Como sus raíces están desprotegidas hay que taparlos un poco durante la época de fuertes heladas.

Lo más importante del sustrato es que asegure un drenaje perfecto. Se debe evitar a toda costa el encharcamiento de las raíces. El sustrato perfecto es el que se obtiene mezclando akadama (arcilla granulada), tierra vegetal (de brezo o castaño) y gravilla fina (de acuario) o lava volcánica. Se debe poner una capa de gravilla o lava en la base y luego colocar capas de sustrato mezclado en distintas proporciones, de modo que las partes de granulometría más gruesa queden debajo y las más finas arriba para que la humedad se mantenga de un modo uniforme.

El riego del bonsái no se puede descuidar ya que dispone de muy poca tierra. La frecuencia de riego dependerá del clima, la época del año y la especie; puede oscilar entre varios riegos al día en verano y un riego por semana o menos durante el invierno. Con una regadera de agujero fino se debe empapar uniformemente todo el sustrato, continuando hasta que el agua salga al exterior por los agujeros de drenaje; no olvidar que la bandeja no puede quedar nunca encharcada.

Los bonsais se abonan durante el período de actividad de la planta, o sea, en primavera y otoño y cada dos semanas. El abono mejor si es orgánico.

En un próximo post te seguiremos contando qué debes hacer al cabo de un tiempo con tu bonsái.

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