Entrena en la mejor compañia

Una placentera caminata por el campo, una escapada a la montaña,  una sesión de footing juntos, un paseo en bici, jugar con el frisbee  en el parque…, el ejercicio es fundamental para el bienestar físico  y el equilibrio psíquico de tu perro: le hace liberar energía  y combatir el posible aburrimiento. ¿Te apuntas?

En plena forma poco a poco

Se aconseja comenzar a ejercitar al perro en sesiones cortas e ir incrementando su duración y práctica de forma gradual y periódica. De este modo se van potenciando paulatinamente la resistencia, el desarrollo
muscular y el endurecimiento de las almohadillas plantares, entre otros aspectos.
Los factores externos, como la temperatura o la humedad, condicionan la duración o intensidad de la rutina deportiva. Cuando aprieta el calor es totalmente desaconsejable, e incluso puede resultar muy peligroso, que practiques deporte con tu perro: es mejor aprovechar las horas más frescas del día.

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La edad, el tamaño y la morfología sí importan

Para practicar actividades intensas al aire libre o para iniciarse en algún deporte canino se recomienda que el perro tenga al menos un año de edad, aproximadamente, dependiendo de su tamaño y condición, y siempre que se encuentre en un perfecto estado de salud. Los cachorritos se fatigan en seguida, por lo que no soportan ejercicios potentes o de larga duración (ni es conveniente): mejor dar paseos cortos y relajados para que se vayan acostumbrando. Si tu amigo ya está un poco mayor (¡cuídale mucho, se lo merece!), tampoco le convienen las actividades enérgicas, sino que vaya a su ritmo. En general, para los perros de tamaño gigante, por su especial morfología, no está indicada una actividad fuerte; es preferible un ejercicio suave pero sostenido para tonificar su musculatura, evitando, en lo posible, los saltos y movimientos bruscos. La natación, que debe estar supervisada, puede constituir una alternativa muy beneficiosa al tratarse de un ejercicio muy completo y de bajo impacto para sus articulaciones (por ejemplo, los Terranova son unos auténticos especialistas en el rescate acuático). Si tu compañero de juegos es de tipo braquicéfalo (chato), procura que su entusiasmo no le lleve al agotamiento, ya que, como habrás notado, su respiración es un poco dificultosa y no tolera el calor.

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Mens sana in corpore sano

La actividad y el deporte (correr, saltar, recobrar objetos, nadar, etc.) favorecen no sólo la excelencia de la condición física del perro, además contribuyen de un modo magnífico (y divertido) al desarrollo de sus habilidades y a potenciar su capacidad mental. Durante el paseo, la excursión, el juego o el deporte, el perro recibe numerosos estímulos sensoriales (olfativos, visuales, auditivos…) y sociales, que le enriquecen y le proporcionan nuevas experiencias. Asimismo, se fomenta su concentración ya que debe estar pendiente de ti, que eres su guía, y al mismo tiempo atento a las situaciones en las que se desarrolla la actividad o el deporte. Tu perro debe ser sociable, sin ningún signo de agresividad, y debe tener bien aprendidas las nociones básicas de obediencia (acudir a tu llamada, caminar junto a ti y detenerse, entre las más importantes). A este respecto, mientras realizáis la actividad puedes aprovechar para reforzar órdenes y practicar la obediencia: debes tener siempre el control de tu perro, especialmente si estás en lugares transitados o concurridos.

entrena3Prepara “sus cosas”

– Colócale el collar, la correa o el arnés apropiados. Si vas a salir con poca luz solar incorpora algún elemento reflectante. ¡La seguridad ante todo!
– Lleva bolsitas para recoger sus excrementos, por si acaso.
– Si tu pasión (y la suya) es el ciclismo, existen numerosos modelos de adaptadores para que tu perro pueda correr a tu lado de una forma totalmente cómoda y segura.
– Si prevés que la actividad va a ser larga lleva agua para él. Se recomienda que sea la que toma habitualmente (o en su defecto, agua mineral) para evitar problemas gastrointestinales.
– Descansa de vez en cuando para que se pueda recuperar, en verano siempre a la sombra.
– Protégele contra los insectos y los parásitos. Extrema las precauciones en las zonas en las que haya pinares: las orugas procesionarias pueden resultar letales para tu perro.
– Existen productos específicos para proteger y reparar sus almohadillas plantares en el caso de que haya estado mucho tiempo caminand

Fuente: http://www.perros.royalcanin.es/cosas-de-perros/revista-mi-perro-y-yo

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