No son helechos, son esparragueras
Confortadas por la humedad ambiental y las temperaturas suaves de las regiones costeras, las esparragueras cuelgan en los balcones como vaporosas masas verdes.
Estas parientes guapas de los espárragos comestibles suelen confundirse a menudo con los helechos por su aspecto fresco y ligero. Suele llamarse helecho plumoso al Asparagus plumosus y helecho espárrago al Asparagus sprengueri, el más habitual en los balcones mediterráneos y jardines canarios.
La confusión deriva del peculiar follaje de estos Asparagus. En lugar de hojas, las esparragueras tienen tallos modificados, en muchos casos planos, muy cortos o largos y en otros muchos, finos como hilos.
La necesidad de adaptación al clima de sus zonas de origen (la mayoría de las esparragueras ornamentales provienen de Sudáfrica) acabó convirtiendo las hojas en escamas poco perceptibles o pequeños aguijones.
Estas ramas aplastadas que hacen la función de hoja surgen a lo largo de tallos finos y largos. Así lucen en cascadas verdes o nubes de tul. Los tallos nuevos surgen de un rizoma provisto de pequeños tubérculos que funcionan como órganos de reserva.
Las condiciones ideales para que las esparragueras vivan a gusto al aire libre son unas temperaturas templadas y cierta humedad ambiental. Algunas pueden soportar hasta -7º, pero el popular Asparagus sprengeri y el Asparagus densiflorus pierden las hojas cuando el termómetro baja de -2º. En zonas de inviernos crudos, el cultivo en tiestos permite trasladarlos a una zona cubierta.
En general necesitan mucha luz, aunque preferiblemente fuera del sol directo en las zonas de fuerte insolación o en las horas centrales del día.
El suelo debe estar fresco y bien drenado. Deben recibir agua de forma generosa, pero el sustrato ha de secarse entre riegos. En verano es importante que el suelo conserve cierta humedad. En invierno deben espaciarse los riegos. La presencia de cladiodos o tallos secos indica probablemente que el sustrato está demasiado seco.
Agradecerán un aporte de fertilizante líquido cada 15 días desde marzo a octubre, y cada mes el resto del año.
Deben podarse al ras los tallos secos, pelados o amarronados.
FUENTE: http://www.verdeesvida.es/revistas/revista70/#/34/
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir