Plantación de árboles y arbustos
Una tarea realmente atractiva es la plantación de árboles y arbustos en tu jardín. Puedes disfrutar de un día ejerciendo de buen jardinero en compañia y con la ayuda de tus hijos. Actividad muy educativa para los niños y muy recomendable para la salud.
Para plantar un árbol o arbusto, especialmente si va a ser en el suelo, conviene escoger un día fresco y sin viento. La tierra donde caves el hoyo deberá estar húmeda, aunque no en exceso. Si está reseca, encharcada o helada es mejor dejarlo para cuando las condiciones hayan mejorado. Debes eliminar las malas hierbas antes de cavar el hoyo.
DISTANCIA DE PLANTACIÓN: En el caso de los árboles y arbustos, calcula y ten en cuenta el tamaño que alcanzarán de adultos. Es especialmente importante para determinar correctamente dónde se han de plantar en relación con otras plantas, la vivienda o la piscina.
TAMAÑO DEL HOYO O DE LA MACETA: Los árboles y arbustos están destinados a alcanzar una cierta dimensión, de modo que el hoyo que excaves o la maceta que elijas deberán ser lo suficientemente amplios, no solo para que el cepellón quepa con holgura, sino sobre todo para que las raíces puedan desarrollarse. En la base conviene colocar una capa de drenaje.
ENMENDAR EL TERRENO: Si la tierra del jardín no fuera de buena calidad, deberás enmendarla mezclándola con mantillo o estiércol bien descompuesto (no más de un 5%), o bien utilizar sustratos específicos para esa planta en particular: tierra de castaño o turba rubia para las acidófilas, sustratos levemente alcalinos para los frutales de hueso… En nuestro Centro de Jardinería te asesoraremos.
CAVAR UN HOYO : Alrededor del árbol o arbusto es conveniente excavar un alcorque ya que contribuirá a un mayor aprovechamiento del agua de lluvia y riego.
ÉPOCAS MÁS ADECUADAS PARA PLANTAR Y TRASPLANTAR: Las plantas que vendemos en los centros de jardinería están preparadas para ser plantadas en cualquier época del año. No obstante, hay meses más adecuados que otros. En el caso de los árboles y arbustos de hoja caduca, lo ideal es esperar que entren en su fase de parada vegetativa y plantarlos en otoño o invierno. Esta precaución deberá extremarse cuando se trata de un trasplante de suelo a suelo, ya que al perder el ejemplar inevitablemente parte de su sistema radicular, las hojas en desarrollo sufrirían por falta de agua; hay que tener en cuenta que no todas las especies toleran esa pérdida. Ahora bien, si el suelo está helado, muy empapado o demasiado reseco, no conviene llevar a cabo estas operaciones.
Septiembre, por ejemplo, es el mes ideal para plantar madroños, adelfas, olivos, laureles y numerosos arbustos de bayas.
Octubre en cambio, es el más adecuado para plantar o trasplantar los arbustos de floración invernal: avellano mágico, membrillero del Japón, kerrias, rosales (también en febrero) y coníferas en general.
Diciembre y enero es buena época para plantar o trasplantar ginkgos, liquidámbares y catalpas, siempre que el suelo no esté helado.
PODA DE RAÍCES EN EL TRASPLANTE
Podar las raíces que salen por los agujeros de drenaje y sumergir la planta en agua unos minutos para que sea más fácil sacarla de la maceta.
Con un cuchillo afilado o unas tijeras de podar se puede reducir el cepellón. Conviene desenredar las raíces y cortarlas.
El volumen del cepellón puede reducirse a dos tercios del tamaño inicial. A continuación ya puedes realizar el trasplante.
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