¿ Porqué, cómo y cuándo abonar las plantas?

Las plantas requieren nutrientes para desarrollarse bien, florecer en cantidad y con calidad, dar buenos frutos y resistir sequías y heladas.

Las plantas para desarrollarse bien necesitan cantidades importantes de 3 macronutrientres primarios: nitrógeno, fósforo y potasio. Aunque en menor cuantía también necesitan magnesio, azufre, calcio, hierro, cinc, cobre, etc.

Las necesidades de las plantas están determinadas por el tipo de planta, su tamaño y su ciclo biológico. No necesita  lo mismo una planta que vive en un tiesto que otra que crece en el suelo.

En nuestro centro de jardinería encontrarás fertilizantes en distintas formas de presentación.

Las enmiendas orgánicas son de origen vegetal y/o animal, más o menos descompuestas. Este tipo de abono mejora la textura y esponjosidad del suelo por lo que aumenta la capacidad de retención del agua. Se realiza dos veces al año, dependiendo de la calidad del suelo, suele ser en octubre y los meses de invierno. Se puede aplicar en superficie o en fondo, en este caso entrecavando la tierra y revolviéndola con ella.

Los abonos granulados pueden ser rápidos, que liberan los nutrientes a lo largo de 4 a 6 meses y de liberación lenta que pueden durar de 3 a 12 meses. Estos se dispersan sobre la superficie del terreno y se cubren con un poco de sustrato para que la humedad los vaya disolviendo.

Los abonos solubles se presentan en polvo para disolver en el agua de riego. Son muy potentes lo cual exige extremar las precauciones con la dosificación.

Los bastones y varitas se presentan en forma de clavos que se entierran en la tierra. Su aplicación es cómoda y duradera. Ejercen su efecto de 2 a 3 meses. Es mejor aplicarlos en el período vegetativo de la planta.

Los abonos líquidos se aplican diluidos en el agua de riego. Se usan desde la primavera hasta el otoño y cada 7 o 20 días sugún la planta y su ciclo.